· Enamorarse

Gran parte de la felicidad del ser humano se encuentra en las relaciones afectivas, por esta razón las personas se enamoran o, en algunos casos, creen que se enamoran, porque las relaciones afectivas proporcionan una agradable sensación de plenitud existencial.

La sociedad de consumo funciona con los llamados circuitos de recompensa y son muy adictivos: acumulamos placeres y distracciones, y de alguna manera es como si tomáramos una droga; siempre parece que necesitamos más. El enamoramiento en la postmodernidad entra en esta tipología de los circuitos de recompensa: deseamos acumular el placer del enamoramiento, el cual nos permite tener nuevas y constantes sensaciones y expectativas.

Desde una perspectiva psicológica, tenemos 3 cerebros: el instintivo, el emocional y el racional. El amor se genera básicamente en el instinto, crece en lo emocional y arrastra lo racional. Es por ello que las actitudes de un enamorado poseen una gran dosis de irracionalidad. El instinto y lo emocional determinan una visión sectaria de lo que sucede. Por esta razón, el hombre o la mujer enamorada tienen una visión muy parcial de la realidad.

El promedio medio de enamoramiento durante una vida larga (70-80 años) es de 3 veces. Cinco o más de cinco pueden ya significar una deficiencia afectiva. El enamoradizo patológico es una persona que en realidad sufre carencias afectivas serias que intenta resolver con el afecto enamoradizo hacia otras personas y de otras personas.

El mito de la media naranja no existe o no es real. No existe una sola persona en el mundo que sea nuestra media naranja, sino que hay otras muchas opciones. La concreción con una u otra dependerá del tiempo, del espacio, de las condiciones y de la idoneidad. En cualquier caso, son dos naranjas enteras que se acoplan y realizan un trabajo de adaptación.

En realidad, el mito de la media naranja limita nuestra capacidad de adaptación con la otra naranja entera, y nos incita a vivir insatisfechos, poco pacientes y con poca predisposición para el esfuerzo diario.

Conceptos a tener en cuenta

* Las 5 áreas de diferencias que en una pareja podrían resultar incompatibles:
1- Valores morales diferentes;
2- Estructurales. Formas de pensar distintas;
3- De historia personal y currículum;
4- Culturales y sociales; y
5- Sexuales.

* Las 4 claves para una relación de pareja satisfactoria:
1- que tengan un buen complemento caracterológico;
2- que exista un buen acoplamiento sexual;
3- que hayan algunas afinidades, aficiones o intereses sociales comunes; y
4- que sepan crear un proyecto en común.

Habitualmente se cometen algunos errores, fruto de ascendencias sociales o familiares, como por ejemplo: poner toda la felicidad personal sólo en la pareja; o abandonarse en el otro hasta el punto que nuestra realización personal dependa exclusivamente de la pareja; o no respetar los espacios vitales, es decir, no controlar al otro ni ser controlados.

Mi pareja no puede ser mi proyecto. Es aconsejable tener proyectos compartidos o comunes, pero dar la exclusividad del proyecto de vida a la pareja puede conducir la relación a una dependencia nociva. Lo importante es que alguna de las áreas de pasiones individuales (música, pintura, televisión, etc.) sea compartida. Una pasión compartida permite proyectos comunes.

Una buena e idónea relación de pareja es la que tenga raíces y, al mismo tiempo, tenga alas। Que viva en el sentido de la pertenencia y que también ofrezca las condiciones para volar, para soñar. Enamorarse implica desarrollar el arte de armonizar diferencias, porque enamorarse es una atracción inicial, pero amar es una elección y pasión desde el conocimiento y el compromiso.

©2008 Josep Marc Laporta