El hábito de la concentración produce varios beneficios. Uno de ellos es que en nuestras acciones o activida
des lograremos un mejor resultado en el menor tiempo posible. Muchas veces invertimos excesivo tiempo al realizar un trabajo solamente por la baja capacidad de concentración que disponemos. En lugar de invertir el tiempo, lo que hacemos es malgastarlo.Otro de los beneficios del hábito de la concentración es que la mente y el cuerpo aprenden a actuar juntos, sin malgastar energía física o mental. Este es el estado ideal para no malgastar las energías que disponemos. Si en el anterior beneficio conseguíamos no malgastar el tiempo, en este conseguimos no malgastar las energías.
En la concentración, es clave la atención. Es decir, enfocar la memoria en un centro de interés. Muchas veces la concentración no se produce porque el objeto que debería focalizar nuestra atención no existe o no lo hemos encontrado. Por ejemplo, si debemos estudiar un tema que, en principio, no nos gusta o no nos interesa, encontrar un detalle de interés que nos atraiga será vital para facilitar la concentración. En cualquier trabajo o tarea que queramos emprender será prioritario buscar aquello que nos conecte simpáticamente con lo que vamos a hacer. La memoria y los circuitos cognitivos de nuestra mente son lo suficiente selectivos, tienen sus estrategias y caminos para llegar a centrarse en una tarea. Concentrarnos en un acto concreto también implica que nuestra mente se ha de acostumbrar a respetar nuestra decisión voluntaria; pero no siempre la voluntad y la mente van de la mano. Tener voluntad no significa disponer de concentración; pero sí que una voluntad ejercida con interés faculta suficientemente la capacidad de concentración, porque la voluntad dirige nuestro pensamiento y crea la disposición necesaria a un periodo de tiempo o a una empresa determinada.
Concentrarse en un acto es sincronizar el pensamiento con la acción, evitando todo derroche de energías físicas o mentales, implicando la voluntad y la atención convenientemente. La concentración es la conjugación de propósito, pensamiento, sentimiento y acción.
Cómo mejorar o potenciar la concentración
* Eludir actividades y hábitos perjudiciales de carácter apático. Quedarse en la cama hasta tarde, demorar el momento de ir a dormir por la noche, comer excesivamente o más de lo que se necesita, o luchar para conseguir algo superfluo, pueden ser actividades perjudiciales y displacientes.
* Eliminar cualquier ingrediente que provoque excitación, ya sea físico o mental. Los hábitos de beber demasiado café o ingerir alcohol provocan que el cuerpo y la mente reaccionen desordenadamente y sin una adecuada capacidad de coordinación. Otros hábitos nocivos como drogas o la automedicación son, desde luego, enemigos de la concentración.
* Identificar cuales son las interferencias personales o internas que imposibilitan la concentración. Habitualmente tienen que ver con problemas psicológicos o personales, como situaciones de estrés, baja autoestima, ansiedad vital, nerviosismo permanente, etc. Reflexionar sobre nuestro estado mental y psicológico nos ayudará a encontrar pautas positivas, además de la estimable colaboración de un profesional.
* Identificar cuales son las interferencias ambientales o externas que imposibilitan la concentración. Son las distracciones ornamentales, luz insuficiente, ruidos no deseados, asiento incómodo o demasiado cómodo, excesivo calor, poca ventilación, etc. Eliminarlas o cambiar de lugar nos permitirá una mejor concentración. Por ejemplo, utilizar siempre la misma habitación o lugar para el estudio y en la misma hora puede ayudar a la concentración.
* No hacer ninguna cosa mientras se esté pensando en otra. Pensamiento y acción siempre han de ir estrechamente unidos, tanto, que no ha de haber ninguna interferencia. Para ponerlo en práctica ayudará mucho una actitud positiva respecto a qué es lo que se quiere hacer, procurando que la mente no se tenga que dividir en dos o tres. Por ejemplo, aprender una cosa detrás de otra; no intentar hacer dos o tres mismo tiempo.
* En lo posible, resolver los problemas personales antes de la actividad que precise concentración. Si existe algún pensamiento que perturbe, solucionarlo previamente (haberse enfadado, una actitud inadecuada con alguien, una conversación demasiado tensa, etc.). Es mejor resolverlo y quedarse en paz con uno mismo a que su estela interfiera permanentemente en el tiempo de concentración.
* Si la concentración es cognitiva, no estudiar siempre igual, sino variar el proceso. Se puede empezar leyendo el tema por encima o hacer un esquema, o repasar los conceptos aprendidos mentalmente, de manera rápida. Pero también se puede leer despreocupadamente, como quien lee una novela, para pasar a leer las partes que nos hayan parecido más interesantes y tomar apuntes de cada aspecto destacado. Escribir es un buen método para retener lo que se aprende.
* Recompensar la concentración. Cuando se ha conseguido una buena concentración, es bueno darse pequeños premios, como un descanso, un corto paseo, una visita a la nevera u hojear alguna revista social. No es recomendable mirar la televisión como premio.
* Pensar que la concentración es un viaje, con salida, trayecto y llegada. Primero es prioritario empezar a andar. En este momento es cuando más atención se requiere y el esfuerzo debe ser más tenaz. Después, cuando el arranque es efectivo y óptimo, es necesario no dejarse vencer por ninguna interrupción. La constancia es la clave; constancia inflexible. A medio camino o más allá de medio camino, hacer un corto descanso de recompensa. Seguidamente, el trayecto final necesitará de un esfuerzo más pausado y ligero, repasando los temas en lugar de aprenderlos, o disfrutando de aspectos más gratificantes del trabajo. Es bueno imaginarse el espacio de concentración como una montaña que se debe subir y cruzar. El principio es una cuesta, y es donde se tendrán que concentrar los mayores esfuerzos sin dejarnos vencer por cualquier interrupción. Después, en la cima, es necesario detenerse a observar el paisaje y disfrutar de una pequeña recompensa. Al descender se está más cansado, pero la pendiente permitirá proseguir con ganas, de una manera no tan luchadora, pero con una actitud más reflexiva en cuanto al viaje.
Cómo ejercitar la concentración
* El objeto analizado. Observar un objeto que esté cerca, como por ejemplo una lámpara, un cuaderno, etc. Mirarlo de manera superficial, despreocupada. En un momento dado, empezar a analizarlo completamente con todo detalle (el color concreto, cada pequeño detalle de la forma, los componentes específicos, la sombra que refleja, etc.). Dedicar a ello aproximadamente un minuto o más. Seguidamente mirar otros elementos de la habitación y cerrar los ojos, reproduciendo en la mente el objeto en toda su dimensión, con cada detalle que anteriormente hemos observado.
* La mirada íntima y silenciosa. Sentarse en una silla de respaldo recto. Poner la espalda en línea recta, con las manos sobre los muslos y las piernas en ángulo recto. Con los ojos cerrados, mirar el cuerpo mentalmente. Pensar en cada cosa que sucede dentro, como la respiración, el fluir de la sangre o el bombeo del corazón. Poco a poco, distinguir cada sonido aisladamente y retener el tiempo en la observación. Identificar el sonido y la sensación que nos produce. Efectuarlo por un espacio de cuatro minutos. Para acabar, realizar 30 respiraciones muy lentas y profundas con los ojos cerrados. Mientras se realiza la inspiración, imaginar que entra aire muy, muy puro, de color azul cielo, purificador; y cuando se hace la expiración pensar que el aire que sale es un aire contaminado, denso y sucio.
*La descripción completa. Escoger un objeto de concentración y decidir el tiempo del ejercicio; sería conveniente unos diez minutos. El propósito es fijar la mente en el objeto y no atender a ninguna cosa más que él. Un ejemplo de ejercicio sería mirar un gato y pensar en una serie de cosas sobre él, ordenadamente y con una secuencia correcta, sin perder en ningún momento la imagen del animal.
Primeramente, definir el objeto y la clase: es un mamífero carnívoro, un animal doméstico, tiene dos orejas, dos ojos, una nariz y una boca, parecido a los seres humanos, pero tiene cuatro patas. Su pelo es de color gris con manchas blancas, etc. Se asemeja a los tigres, pero más pequeño. Observar las diferencias con los tigres, etc. Buscar más similitudes y diferencias con otros animales.
Seguidamente, observar el todo con la parte. Mirándolo constantemente, observar cada parte de su cuerpo pensando en cada detalle de los ojos, de los párpados, los colores, etc. El proceso continúa en cada parte del cuerpo, observando con especial atención cualquier detalle, otorgándole nombre, matices de color, formas, aspectos, cantidades, características de movimientos, etc.
Para terminar este segundo punto, cerrar los ojos y repasar mentalmente todo lo que se ha observado. Para finalizar el ejercicio, definir calidad y familiaridad. Relacionar los aspectos que nos son afines. Cómo y qué es el animal para nosotros, desarrollando una observación lógica. Por ejemplo, el gato es uno más de casa, es tranquilo, le gusta dormir en el sofá, etc. O, normalmente, come galletas en un plato de color verde y bebe agua en un recipiente blanco que siempre está al lado, etc. Otras descripciones podrían ser: cuando ve un perro no se amilana sino que lo ataca, o a veces ensucia el suelo de la casa. También le gusta jugar con una pelota negra de goma y araña los cojines con sus garras, etc.
* La retención de los elementos. En una habitación, sentarse relajadamente y observar cuidadosamente y en riguroso orden una pared entera del cuarto। De izquierda a derecha, observar atentamente los objetos adheridos a la pared, los muebles y los objetos que hay. Mirarlos con atención, uno por uno, extrayendo el máximo detalle sobre las formas, colores, contornos, ubicación, etc. Seguidamente cerrar los ojos y redescribir la mayor cantidad de cosas vistas. Hacer lo mismo con otra pared, y así con todas. Después de observar todas las paredes, salir e ir a otra habitación para repasar todo el que se ha visto en la anterior. Este ejercicio se puede realizar también en otro lugar cerrado, como una oficina.
©2009 Josep Marc Laporta
