Transcripción resumida de la exposición de Josep Marc Laporta —psicólogo social y coach— en el magazine matinal radiofónico de Radio Arena, emitido semanalmente durante los últimos cuatro años. Consultas y conferencias: jmlfcoach@hotmail.com

· La pederastia

En primer lugar hay que diferenciar entre pederastia y pedofilia. La pedofilia es la atracción sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes. Los pedófilos no pasan a la acción; en realidad es un voyeurismo o actitud de mirón. Normalmente el pedófilo mira pornografía infantil y es consciente de que su 'tendencia' sexual no es admitida socialmente. Por esta razón se esconde y nunca hace pública su condición. Es un trastorno, no una patología.

El pederasta es el pedófilo que pasa a la acción, incurriendo en un delito o no dependiendo de las circunstancias y edad del menor. Por tanto, todos los pederastas son pedófilos pero no todos los pedófilos son pederastas. En el estado español, con la ley en la mano, un adulto no puede tener relaciones sexuales con niños menores de trece años. A partir de trece, si existe consentimiento expreso del menor sin coacción de ningún tipo, no existe delito. El pederasta es un enfermo, especialmente cuando su actitud ha alcanzado el grado de patología.

La pedofilia o la pederastia no es una perversión exclusivamente moderna. En la antigua Grecia era frecuente el contacto homosexual de varones con prepúberes. En el imperio romano, los hijos de los esclavos podían ser destinados al uso pederástico, y recibían nombres tales como "pueri meritori, ephebi o concubini" o, si se especializaban en una determinada práctica, "fellatores".

Las razones que dan los pederastas para realizar sus prácticas abusivas son de carácter propio e interesado: el sexo es un bien saludable para el ser humano y pretenden iniciar a los menores para su bien y propia autosatisfacción. Aparándose en razones históricas, como los de la Grecia clásica o la Roma imperial, los pederastas han llegado incluso a manifestarse públicamente (en Holanda) para reclamar la libertad y la despenalización de sus actividades sexuales, como en su tiempo lo hicieron los colectivos homosexuales.

La diferencia con los derechos de los homosexuales estriba en que éstos realizan sus prácticas en plena adultez sexual y piscológica, mientras que el niño alcanza la maduración sexual y como individuo en la pubertad. Antes de esa etapa no tienen conciencia plena de su sexualidad, por lo tanto, cualquier intrusión es una violación al proceso natural.

Estudios recientes divulgados por la revista norteamericana 'Psychiatric Research', afirma que el origen del abuso sexual contra los niños podría estar en una desconexión cerebral. El estudio del Centro de Adicción y Salud Mental de Estados Unidos declara que en la investigación se utilizó un avanzado método de análisis informático que comparó la actividad cerebral de un grupo de pederastas con la de autores de delitos no sexuales. Según los científicos, los pederastas revelaron tener una cantidad considerablemente menor de 'materia blanca', que es la que conecta las diferentes partes del cerebro. Los investigadores indicaron que los resultados del estudio ponen en tela de juicio la creencia generalizada de que la pederastia es resultado de un trauma o de abusos sufridos durante la infancia.

Se calcula que 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 10 hombres han sufrido abusos sexuales durante la niñez.

Un retrato robot nos daría las siguientes y aproximadas estadísticas:

• En más el 90% de los casos se trata de varones pederastas.
• En el 70% de las veces, los pedófilos y pederastas suelen tener entre 30 y 45 años. Aunque hoy el 20% de las agresiones sexuales son cometidas por menores de edad.
• Suele tratarse de profesionales cualificados.
• Con frecuencia buscan trabajos o actividades que les permitan estar cerca de los niños.
• Su nivel social es medio o medio-alto.
• En el 80% de los casos no tienen antecedentes penales.
• En el 98% de los casos actúan solos.
• En más del 50% de los casos abusan del alcohol o de alguna droga.
• Presentan falta de empatía y baja autoestima.
• En la mayoría de las ocasiones no padecen trastornos psiquiátricos, sólo en ocasiones trastornos de la personalidad y algunas veces trastornos psicopáticos.
• No reconocen los hechos ni asumen su responsabilidad. Minimizan sus agresiones.
• Normalmente están casados, tienen una familia a su cargo y con frecuencia hijos pequeños.
• En más del 40% de los casos se trata del padre, el tío o el abuelo de la víctima. El porcentaje aumenta al 70% si se tiene en cuenta a parientes lejanos, vecinos o amigos cercanos al entorno familiar del niño o niña agredido.
• En el 58% de los casos se niegan a recibir tratamiento o ayuda.
• Su nivel de reincidencia es altísimo, aun después de ser descubiertos y condenados.
• El 100% necesita tratamiento, aunque resulta poco efectivo con los pedófilos preferenciales.

Cómo saber si alguien está abusando sexualmente de un niño

• Un temor repentino y manifiesto hacia una persona o a ciertos lugares (no necesariamente a lugares oscuros).
• Una reacción anormal y anticipada al preguntarle si alguien le ha tocado (por anticipada se entiende que el niño responde ‘no’ antes de haberse formulado completamente la pregunta).
• Por medio de dibujos que muestran o descubren actos sexuales, como posiciones, artilugios, etc.
• Cambios de comportamiento repentinos, como orinarse en la cama o una pérdida del control de las evacuaciones
• Una conciencia súbita y repentina de los órganos genitales
• Actos y palabras sexuales compartidas con otros niños o animales

• Preguntas sobre la actividad sexual que no son apropiadas para su edad
• Estreñimiento o el negarse a evacuar
• Cuando se muestran temerosos frente a personas desconocidas, no quieren salir a la calle o no quieren asistir al colegio. O no quieren separarse de la madre.
• Cuando baja el rendimiento en los estudios, sobre todo por el sentimiento de culpa que tienen y por la depresión consecutiva.
• Cuando súbitamente no quieren frecuentar a ciertas personas o lugares, sobre todo a donde antes acudían sin problemas.
• Cuando tiene alteraciones del sueño, insomnio, sueños angustiosos, no pueden dormir y tienen pesadillas.

• Se empiezan a portar como cuando eran más pequeños: vuelven al punto de orinarse en la cama, a no querer comer como un adulto, se vuelven llorones.
• Hablan de temas sexuales que uno no espera que sepan a esa edad.

Cómo actuar si mi hijo da muestras evidentes o dice que ha sido abusado sexualmente

• Demostrarle mucho cariño y afecto, y darle un amplio espacio de seguridad. Ofrecerle protección, y prometerle hacer de inmediato todo lo necesario para que el abuso termine.
• Nunca juzgarle por lo que le sucedió. Los adultos, dada su madurez y conocimiento, siempre son los culpables en los casos de abuso. Nunca se le debe de echar la culpa al niño que ha sido abusado. A veces, cuando se conoce una situación de abuso, el padre o madre tiende a acusar al niño de no haberlo dicho antes, de no haberse dado cuenta de que no era normal, etc. Ninguna responsabilidad es del niño.
• Demostrarle que se le comprende y que se toma muy en serio lo que dice. Los niños y adolescentes que tienen quien los escuche y los comprenda reaccionan mejor que los que no lo tienen. Una adecuada respuesta a la revelación de abuso sexual es vital para la positiva habilidad del niño para resolver y sanarse del trauma.
• Asegurarle al niño que hizo bien en decirlo. Si el niño tiene una relación cercana con el que lo abusa, se sentirá culpable por revelar el secreto. El niño se sentirá aterrado si se le ha amenazado con hacerle daño a él o a su familia como castigo por divulgar el secreto.
• Decirle al niño que él no tiene ninguna culpa por el abuso sexual. Decirle que esta situación puede ser muy puntual, y que nunca más aparecerá. La mayoría de los niños tratando de hacer algún sentido del abuso piensan que ellos fueron la causa del abuso o se imaginan que es un castigo por cosas malas reales o imaginarias que hicieron.

Cómo prevenir el abuso sexual

• Hablar con el niño sobre el abuso sexual. Si la escuela tiene un programa sobre el abuso sexual, hable sobre lo que ha aprendido.
• Enséñele a su hijo cuáles son las partes privadas del cuerpo (las partes cubiertas por un traje de baño), y los nombres de esas partes. Dígale que su cuerpo es de él. Enseñarle los tres pasos básicos ante un intento de tocamiento:
1- Decir no,
2- Marcharse, y
3- Contarlo a lo padres.
Escuchar cuando el niño trate de decir algo, especialmente cuando se le haga difícil comunicarlo. Esté seguro que su hijo sepa que es correcto comunicarle si alguien intenta tocarlo de una manera que le haga sentir incómodo, independientemente de quien sea el abusador. Dígale que puede tener confianza en usted y que no se enojará si le dice algo.
• Pase tiempo con su hijo. Déle bastante tiempo y atención.
• Conozca los adultos y los niños que pasan tiempo con su él. Tome precauciones cuando deje a su hijo pasar tiempo solo en lugares extraños con otros adultos o niños mayores. Si tiene un canguro para su hijo, preséntese sin aviso. Pregunte a su hijo sobre qué hace con la niñera o niñero y si alguien más está.
• Nunca deje que su niño entre a la casa de un desconocido sin un padre o un adulto de confianza. Las ventas de puerta en puerta para levantar fondos podrían ser un riesgo, en particular para los niños solos.
• Pregunte si la escuela de su niño tiene un programa para prevenir el abuso para los maestros y niños. Si no existe uno, impulse uno en la asociación de padres.
• Comunique a las autoridades (policiales o pedagógicas) si sospecha que alguien está abusando de su hijo o a un niñओ
©2008 Josep Marc Laporta
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