Transcripción resumida de la exposición de Josep Marc Laporta —psicólogo social y coach— en el magazine matinal radiofónico de Radio Arena, emitido semanalmente durante los últimos cuatro años. Consultas y conferencias: jmlfcoach@hotmail.com

· Cómo tener más autoestima

Muchas veces, las personas somos una mezcla incierta. A veces podemos pensar sobre nosotros siendo una sola cosa, pensando y actuando en armonía, y a veces decimos, somos y pensamos contradictoriamente a lo que en realidad somos. Es decir, a veces nos amamos, a veces nos detestamos.

La autoestima es lo que pienso de mí, cómo me siento con mis pensamientos y cómo aplico todo a mi vida. La autoestima es inherente a la naturaleza humana porque no hay nadie que no tenga una opinión sobre sí mismo.

La autoestima es algo esencialmente íntimo, personal y subjetivo, hasta el punto de que la mayoría de las personas prefieren mantener la opinión, el afecto o consideración de ellas mismas en privado, o incluso en secreto.

La autoestima depende del afecto y estima que recibimos de los demás y de nuestro auto reconocimiento o el sentimiento de eficacia que obtenemos al conseguir aquello que nos proponemos.

Tener altibajos en nuestra autoestima es útil y legítimo porque nos informa del éxito o fracaso de nuestros esfuerzos, de nuestro nivel de aceptación o rechazo social; pero el problema viene cuando esta función se distorsiona, cuando la baja autoestima puede convertirnos en nuestro peor enemigo y puede provocar que una persona llegue a detestarse, a menospreciarse y a criticarse permanentemente.

La primera mirada de nosotros viene de los demás; en principio, de la familia. La autoestima se configura desde la mirada que los demás hagan sobre nosotros, y especialmente se forma en la infancia. Unas actitudes restrictivas hacia los hijos, cuestionando todo, protegiendo demasiado, destacando especialmente lo que se hace mal y/o transmitiendo apreciaciones negativas, es el caldo de cultivo para un futuro adulto con una autoestima débil, insegura, que no sabe cuál es su lugar y que no sabe valorarse equilibradamente.

La baja autoestima es una desconfianza hacia uno mismo, sobre las propias posibilidades, las capacidades intelectuales, el propio cuerpo, las virtudes naturales, etc. Una correcta autoestima nace del conocimiento de nuestra propia realidad.

Cuando una autoestima está demasiado hinchada, es que en realidad no hay nada, todo es aire. Y muchas veces, cuando está muy desinflada es porque anteriormente hubo alguien que influyó negativamente con sus opiniones y valoraciones. En el primer caso, el acto de hincharse conlleva un deseo de superación mentiroso; se hincha para ser algo sin realmente ser lo que se simula; en realidad es una autoestima débil. En el segundo caso, tener una baja autoestima implica que hubo una influencia perniciosa que inculcó unos hábitos y baremo de aprendizaje de la mirada interna muy errónea.

La base de la envidia es una baja autoestima. El envidioso, en realidad es una persona que se valora tan poco que mira lo que es y lo que tiene el otro con el fin de autosatisfacer su propia carencia.

¿Cómo tener una mejor autoestima?

* El primer paso para tener más autoestima es aceptarse tal como uno es. Aceptar cómo somos, la nariz que tenemos, la boca que tenemos, las facciones, la formación que hemos recibido, etc. y saber que esas son, en realidad, nuestras virtudes, porque de la manera cómo las aceptemos, así será nuestra seguridad.
* El segundo paso es amar lo que somos, tal como somos. Quererse, porque si nos queremos nosotros mismos, nadie nos querrá tanto como lo hacemos nosotros. Amarnos y subir un poco nuestro ego.
* No buscar constantemente la aprobación afuera, sino adentro. Muchas personas fracasan porque están demasiado pendientes de la opinión de afuera y constantemente se valoran según lo que reciben de los demás. Y no saben que los demás nos miran de manera sesgada, muchas veces según su propio interés egoísta y según su propia realidad.
* Es necesario tratarnos con valor, con dignidad y respeto. Pensar en positivo, sentir en positivo, suponer en positivo, desearnos en positivo, querernos en positivo, valorarnos en positivo... Es decir, actuar con un cierto sentido de orgullo propio.
* Huir de la actitud de compararnos por sistema. La comparación en una sociedad tan competitiva produce ansiedad y desencanto con las propias virtudes y realidad. Pero somos seres únicos, con la construcción de nuestra propia realidad sicológica y social, y compararnos para aceptarnos es entrar en una relación de amor-odio con nosotros mismos.
* Entender que aprendemos por medio del binomio ensayo-error. Cuando aprendemos a ir en bicicleta lo hacemos ensayando el equilibrio, enfrentándonos a que no podemos mantenerlo, que nos caemos, para volver a ensayar. Al final conseguimos mantener el equilibrio Así es el desarrollo del ser humano, ensayamos y erramos, y así crecemos. La autoestima se forja en una saludable actitud cada vez que nos disponemos a realizar el binomio ensayo-error. El ensayo y error propio es un espacio de crecimiento que nadie debe tocar ni atentar con sus apreciaciones particulares.
* No aceptar las críticas por sistema. Aceptar todas las críticas es aceptar el poder del otro. Cuando recibimos críticas, en realidad podría ser que estuviéramos recibiendo lo que le molesta a la otra persona, y eso tiene que ver con la otra persona, no con uno mismo. Tiene que ver con la realidad de su contexto, de sus impresiones personales y parciales. Quien quiere mejorar su autoestima no somete constantemente su valoración al juicio de las críticas banales.
* Confeccionar una lista con los aspectos más positivos de nuestra personalidad. Repasarla habitualmente y creer en ellos, desarrollando nuevas posibilidades de autoestima. Posteriormente, confeccionar otra lista con los aspectos no tan positivos. Releerla de cuando en cuando, e ir asumiendo uno a uno, trabajando nuestra autoestima en la conciencia de que cada uno de ellos puede mejorar paulatinamente.
* Se debe dejar de pensar que todo lo que nos pasa es porque nosotros somos los responsables absolutos de ello. Muchas veces, lo que nos sucede no es totalmente una responsabilidad nuestra. No obstante, sí que hay cosas de las cuales somos los únicos responsables, pero asumir la absoluta responsabilidad de todo puede zarandear nuestra autoestima.
* Amarnos desde nuestro más íntimo yo, no desde nuestro personaje, o el personaje que podemos llegar a interpretar. Una persona con baja autoestima, se ha dejado influir determinantemente por el personaje, por la fachada que se ha creado o le han creado de lo que él es, no de lo que realmente es. El más íntimo yo es descubrirnos de una manera desnuda, diciéndonos la verdad de todo. Esta actitud es básica para mejorar nuestra autoestima.
* Se puede ayudar a una persona a tener una mayor autoestima simplemente destacando uno sólo de sus valores naturales y remarcarlo habitualmente. También podemos mejorar nuestra propia autoestima si descubrimos uno de nuestros valores más tangibles y lo trabajamos como si fuera el mayor recurso que tenemos। La autoestima se alimenta proporcionando valoraciones positivas, alimentando los sentimientos que potencian la felicidad y la conciencia de satisfacción con uno mismo.

De todos los juicios que hacemos en el transcurso de la vida, ninguno es tan relevante como el que nos hacemos a nosotros mismos, porque este juicio es el motor de nuestra existencia।
©2008 Josep Marc Laporta
Licencia de Creative Commons